Prensa: «Los comercios navarros creen que las medidas de ahorro energético les perjudican»

CALLE DEL ENSANCHE

Asociaciones de comerciantes denuncian que, sin la luz de los escaparates, aumentará la inseguridad y que la nueva normativa es demasiado genérica.

Entre los comerciantes de la capital navarra predomina el cansancio. Mencionan la “incertidumbre” y el “malestar” que les ha producido el paquete de medidas de ahorro energético aprobado por el Gobierno de España. “La sensación que queda es de que las que se formulan siempre van a los mismos, a la hostelería y el comercio. Habría que ver dónde están realmente los derroches energéticos; probablemente los pequeños negocios seamos los que menos podamos aportar”, sostenía este jueves Carlos Albillo, de la Asociación Casco Antiguo de Pamplona.
 
Los límites de temperatura interior, la obligación de cerrar las puertas o de apagar las luces de los escaparates desde las 22 horas ha tomado a las tiendas por sorpresa, aunque muchas medidas, apuntaba Inma ElcanoAsociación de Comerciantes de Navarra– “se han estado aplicando también por el propio beneficio del comerciante”, para reducir gastos o por conciencia medioambiental. Algunos negocios, explicaba Elcano, apagaban toda su iluminación al cierre, al final de la tarde. Otros dejaban las vitrinas que dan hacia el exterior encendidas una o dos horas más y otros tantos, durante toda la noche. 

El escaparate también vende después de cerrar”, aseguraba Albillo. Así, desde algunas tiendas indicaban que exhibir una prenda aumenta su venta, cuando en el interior pasan más desapercibidas, o llevan a que los clientes quieran entrar. La medida, lamentaba Elcano, supone “otra contradicción más” porque, de momento, no se aplica a la iluminación navideña: “No tiene sentido que se pueda encender un millón de bombillas, como en Vigo y muchísimas ciudades, y no se pueda poner una luz tenue en los escaparates”.

Pero no es solo una cuestión de números, defendía María Jesús Alonso, gerente de Ensanche Área Comercial: “La oscuridad sirve de cobijo para la gente que se dedica a delinquir”. Los representantes de los negocios coincidían; dado que el alumbrado público es tenue en ciertas zonas, eliminar la iluminación de los escaparates puede atraer robos en tiendas y crear mayor sensación de inseguridad en la calle. En todo caso, zanjan, falta concreción. 
 

Desde la propia Administración foral no han sabido resolver algunas de las dudas. Como las que generan la obligación de cerrar las puertas -cuando para reducir los contagios por covid los espacios deben ventilarse- y de que el sistema de cierre evite “el despilfarro energético”.

MEDIDAS QUE YA ESTABAN ASENTADAS

“Nadie nos dice cuál es la normativa que prevalece. Hay una ambigüedad y un desconocimiento total que hace a nuestros asociados estar un poco desorientados y perdidos. Se demuestra la falta de asesoramiento”, denunciaba Alonso. Carlos Albillo criticaba que se hubiera aplicado la norma de forma generalizada: “No es lo mismo el invierno en Málaga que en Pamplona. No es lo mismo tomarte algo rápido en la barra de un bar que estar dos o tres horas cenando con tus amigos”. Y añadía que dudaba de que el paquete de medidas actual “realmente sirva para algo”.
 
La gerente de Ensanche Área Comercial se preguntaba si los cambios iban a implicar nuevas inversiones: “Nos estamos todavía recuperando de la pandemia, de repente nos vuelven a exigir otro esfuerzo, asumir más gastos con unos recursos que ya son inexistentes porque la mayoría de los negocios han fundido sus colchones durante estos dos años”.
 
Lo cierto es que muchos establecimientos han cambiado la iluminación del local o el sistema de cierre por su cuenta. Y según el tipo de vía en el que se ubiquen, optan por dejar encendido el escaparate o dejar el local en la oscuridad. “Los primeros interesados en ahorrar somos nosotros”, aclaraba Olga Sarasa Aguinaga, de la tienda de manualidades y decoración RecreArte y presidenta de Ensanche Área Comercial. Situada en la calle Sandoval, contaba Sarasa, en verano no necesita más que unos ventiladores y apaga las luces, mientras que en invierno solo mantiene la iluminación una hora y media o dos porque “Pamplona es una ciudad que se queda muerta a cierta hora”.
Sarasa lucía indignada porque “no se puede dar para todos la misma normativa”, sin tener en cuenta el tipo de calle o negocio, y planteaba si los 27º establecidos para el aire acondicionado para el verano no iban a hacer “demasiado calor”, en especial para las personas mayores si quieren probarse ropa.

En la tienda de lencería Can-Can se aliviaban de que el local, en Conde Oliveto, estuviera a la sombra todo el día. En invierno, explicaba el propietario, Javier Serrano Antón, se sirven del sistema de agua caliente del edificio para que el aire acondicionado caliente. “Los 19º no me parece tampoco tan drástico, en Pamplona siempre hace más frío”, opinaba.

“Tenemos Led desde hace unos años. La diferencia con tener los escaparates con halógenos es abismal ”, refería Javier Barber Olave, propietario Ivili Calzado Saludable, en la calle Zapatería. Desde hace años los apaga hacia las 20 horas, cuando se va a casa. Tiene una gran conciencia medioambiental, expresaba, y veía necesario impulsar la eficiencia energética -“para unos podrá ser mejor y para otros peor; no por la guerra, pero algo había que hacer ya”-, aunque añadía que en una tienda pequeña poco más pueden hacer.

Fuente de la noticia: Diario de Navarra

 

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